SIN AUMENTO SALARIAL DOCENTE POR DECISIÓN DE LA GESTIÓN DE LA UNLU
Desde ADUNLu hemos
realizado distintas las gestiones para solicitar el pago del aumento
salarial y consideramos que fue una decisión política no
efectivizar el pago correspondiente.
Con el pago del
salario del mes de Marzo, debíamos cobrar el incremento salarial
estipulado en la última paritaria docente firmada en el Ministerio
de Educación de la Nación el 19 de Marzo y cuyo instructivo estuvo
en la UNLu el 20 de Marzo. Lamentablemente, las y los docentes nos
enteramos en el momento de la percepción de nuestros haberes que no
se había acreditado ese incremento en nuestro salario.
La gestión de la
Universidad contando con el tiempo suficiente para evaluar
alternativas decidió postergar el pago del aumento, contando con el
dinero para abonar el incremento salarial, y ni siquiera informar a
las y los docentes. Por ello solicitamos al Rector que se viabilice
el pago a la brevedad por complementaria, entendiendo que era y es
necesario que les docentes accedamos lo antes posible al cobro,
teniendo en cuenta la situación que todos vivimos en el marco del
aislamiento social y la pandemia en curso.
El 13/4, la negativa
del rector fue dada reenviando la respuesta de la Dirección de
Personal, que explica los problemas propios de este escenario de
crisis socio-sanitaria: dificultades por sostener la actividad de
liquidación en los domicilios donde no cuentan con equipamientos y
conectividad adecuados, afirmando inclusive que realizar la
liquidación del aumento significaría: “... interrumpir el
procesamiento de la liquidación de abril 2020 para iniciar un nuevo
proceso que en esta situación extraordinaria no solo agregaría
mayor demora, imposibilitando cumplir con el cronograma de
acreditación planificado por la institución, sino que anexaría
riesgos al proceso de liquidación en marcha.” En definitiva, el
aumento se pagará en forma retroactiva con el salario de abril.
Es necesario señalar
que la decisión de no pagar este incremento salarial nos afecta de
modo considerable al colectivo de trabajadores docentes, a los
docentes en actividad y a los jubilados, porque se demoran también
aportes para nuestra obra social DASMI (resultando ser otro
desmejoramiento financiero). Además perjudica a los docentes de
bajos salarios (dedicaciones simples, ayudantes de primera), los que
deben ayudar a otros familiares que se quedaron sin trabajo en este
escenario de pandemia o a los docentes cuyo único ingreso familiar
es la docencia.
Es nuestro derecho
como trabajadores que nos paguen el aumento salarial y es obligación
de la gestión de la Universidad encontrar los mecanismos para que
eso suceda. Nosotros como docentes también transitamos y sostenemos
con muchas dificultades nuestra labor en el domicilio (como ya lo
señalamos públicamente de distintas maneras), buscando al
mantenimiento del vínculo pedagógico.
No estamos
realizando un trabajo voluntario, estamos trabajando inclusive sin
que desde la gestión se haya pensado y diseñado un plan académico
de emergencia.