La crisis estructural de las Obras Sociales de las Universidades Nacionales viene de larga data, estos últimos años fue profundizada por las políticas económicas del actual gobierno que permitió una mayor liberalización de este "mercado" favoreciendo a la industria farmacológica y a las empresas que lucran con la salud. A la vez que desarrolló un brutal ajuste hacia el conjunto de los trabajadores de la educación con salarios licuados por el feroz proceso inflacionario, dando como consecuencia menores aportes para nuestra OS.
Es de público conocimiento que en junio del 2018 el Honorable Consejo Superior ratificó la resolución ad-referéndum 446/18 del Rector Lapolla con la que la Universidad se encamina a desprenderse de su histórica OS y se habilitaría la entrega al mercado de la salud.
En esta resolución se habilitó la libre opción por parte de los afiliados de la DASMI, reconocida en la Ley de Obras Sociales Universitarias, pero implementada sin ningún tipo de planificación e intempestivamente. En el mismo sentido, el HCS con la Res. 142/19 suspendió el llamado a elecciones en la DASMI y prolongó el mandato del Consejo Directivo hasta el 31-6-19.
Esta decisión reafirma la separación de la DASMI de la Universidad, mantiene la conformación actual del CD que esta llevando a cabo esta gestión, e impide que los trabajadores de la UNLu en desacuerdo con esta decisión podamos elegir nuestros representantes para que frenen esta desvinculación.
Es evidente que este proceso de destrucción de la DASMI se viene decidiendo en distintas mesas chicas y por fuera de su Consejo Directivo, dando como resultado un conjunto de medidas improvisadas que ponen día a día en riesgo nuestro derecho a la salud.
Hasta la fecha no hay resolución de la Superintendencia de OS que autorice a recibir afiliados para la DASMI que no sean los trabajadores de la UNLu. Sin embargo, la Secretaría de Recursos Humanos de nuestra Universidad otorgó hace meses la libre opción a dos trabajadores sin dar aviso a las autoridades de la DASMI (Consejo Directivo, el cual está integrado por el Secretario Administrativo y Contador Guillermo Linares). Es tal el nivel de improvisación que se desconoce el procedimiento administrativo que permitió dicha fuga. En la actualidad los trabajadores de la UNLu pueden dejar de aportar como afiliados a la DASMI pero no se puede recibir nuevos aportantes. ¿Por qué la Universidad habilita que la DASMI pueda perder afiliados sin que todavía se puedan recibir aportes de otros trabajadores? ¿Esto no nos estaría llevando al desfinanciamiento y destrucción de nuestra obra social? ¿La liberalización y mercantilización de nuestra OS es la única salida a la crisis? ¿Es el único camino que la Universidad se desvincule de la DASMI?.
El rectorado pretende acelerar todo este proceso extorsionando con el no pago de los más de 30 millones de pesos que le debe a la DASMI en concepto de sueldos de Nodocentes. Cabe recordar que esta irregularidad salió a la luz a partir de nuestra denuncia en el año 2015. Desde septiembre de 2018 a diciembre 2018, la Universidad reconoció esta irregularidad y abonó como corresponde la totalidad de los dieciocho sueldos, pero el primero de enero del 2019 retuvo de manera irregular nuevamente dicha partida.
En distintos espacios de nuestra universidad y OS se escuchan las voces y los planteos sobre los posibles planes de negocios que se desarrollarán desde la nueva configuración que tendrá la DASMI. Se habla, por ejemplo, de realizar alianzas estratégicas para atraer inversiones del grupo empresario que gestiona el CEMIC, y al mismo tiempo, desde ADUNLu tenemos que reclamar a las autoridades de la DASMI para que cumplan con las prácticas médicas que solicitan los equipos interdisciplinarios de dicha Institución. ¿Importa realmente garantizar el derecho a la salud de los afiliados de la DASMI o solo se piensa en la rentabilidad y los negociados de la futura DASMI?
Se pretende acabar con la DASMI que hemos conocido. En la próxima asamblea a desarrollarse en el mes de mayo se pondrá a consideración un nuevo estatuto para la Obra Social. Desde ADUNLu desarrollaremos una campaña de difusión, debate y concientización para la defensa de nuestra OS y en contra de su privatización.
Desde ADUNLu pongamos en pie un plan de lucha en la más amplia unidad de acción:
• NO a la liberalización de DASMI. La UNLu debe ser responsable de la salud de sus trabajadores.
• No a la suspensión de las elecciones. Elecciones libres y democráticas.
• Apertura de todos los libros contables.
• Pago inmediato de todos salarios adeudados y regularización de los trabajadores nodocentes de DASMI.
• Renuncia inmediata del Secretario Administrativo Guillermo Linares como vicepresidente de la DASMI.
• Por el aporte máximo del 3% por trabajador. No al "aporte mínimo".
• No a los planes diferenciados.
• Por una DASMI al servicio de las y los trabajadores y no de las corporaciones.
• Por una obra social solidaria.
• Basta de ajuste en las prestaciones de nuestra OS.
• Que se cumpla las leyes y se terminen los trámites burocráticos y auditorías interminables que atentan con el acceso al derecho de la salud.
• Por la creación de partidas especiales para darle solvencia a las OS de las UUNN.