A menos de una semana del aniversario del primero Ni Una Menos, el gobierno nacional anuncia el cierre de la Subsecretaría de Protección Contra la Violencia de Género. Se trata de la última estructura institucional que quedaba en pie tras la disolución del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.
En un país donde una mujer muere cada 35 horas producto de la violencia de género, es inadmisible que desde el gobierno nacional se siga avanzando en la destrucción de las políticas de género que tantos años costó lograr. Además, este cierre implica más de 450 despidos.
El desmantelamiento aún se vuelve más grave luego de que este año se produjera el triple lesbicidio de Barracas, hecho que la justicia porteña rechazó calificar como crimen de odio.
Con la ausencia total de organismos que atiendan de manera integral esta problemática y sin el presupuesto suficiente, el abandono estatal se acrecienta. Cuestionar las limitaciones del pasado, no debería implicar la destrucción, sino la mejora de las políticas publicas de atención y prevención de la violencia.
Esta decisión deja, por primera vez desde la creación del Consejo Nacional de la Mujer en 1992, sin organismo responsable de la ejecución de políticas públicas que promuevan una vida libre de violencias.
Saludos,
ADUNLu